Viajes a Sri Lanka

Además de un recorrido esencial por los lugares más significativos de la historia ceilandesa, os proponemos realizar actividades de acción para alcanzar con éxito las cúspides de la isla.

Las Knuckles

Esta cadena montañosa cubierta de bosques atesora especies endémicas de flora y fauna. Desde que fuera declarada Reserva de la Biosfera en 2009 ostenta un alto grado de protección y ofrece la posibilidad de practicar trekking o escalada disfrutando además de frescos baños en sus numerosas cascadas y riachuelos. De hecho, las Knuckles se consideran la reserva de agua principal de Sri Lanka al nutrir con sus diferentes afluentes los principales ríos del país. Son fácilmente accesibles desde Kandy y representan por su biodiversidad un inigualable escenario para los ornitólogos y amantes de los animales en general: jabalís, ciervos, puercoespines, búfalos, anfibios, chacales, elefantes, monos… Un auténtico edén zoológico a tus pies.

Parque Nacional de Horton Plains

Otro lugar de singular belleza para los amantes del trekking y el senderismo es el Parque Nacional de Horton Plains: praderas y bosque tropical a 2300 m de altitud, coronados por frecuentes y cálidas nieblas. Uno de los recorridos estrella dentro del parque es el ascenso al Adam’s Peak a través de plantaciones de té, cascadas y campos de arroz. La montaña es considerada lugar sagrado por budistas, hinduistas, cristianos y musulmanes, pues la leyenda dice que allí se conserva la huella del pie izquierdo de Buda.

Podéis imaginar que esta leyenda se aplica y adapta a cada uno de los credos con el personaje correspondiente, no en vano el nombre para los occidentales es ‘Pico de Adán’ mientras los autóctonos lo llaman Sri Pada ‘Monte Mariposa’. La enorme huella, de unos dos metros de longitud, se encuentra grabada en una roca dentro de un templo donde acuden fieles durante todo el año.

El ascenso se realiza durante la madrugada para contemplar el ansiado amanecer desde la cumbre, evitando las horas de calor. A la salida del sol la sombra del monte, un triángulo perfecto, se dibujará ante tus ojos en una especie de misterioso sortilegio rodeado de brumas y humedad.

Las playas de Sri Lanka ofrecen espectaculares posibilidades de diversión. Surf, buceo y esnórquel son imprescindibles para disfrutar de tan cristalinas aguas, pobladas por ingentes cantidades de coloreados peces, tortugas y cetáceos.

Las cálidas aguas del Índico en las costas ceilandesas, atravesadas por corrientes frías llenas de krill, han conseguido atraer cada año a miles de ballenas azules y otros cetáceos como el rorcual o los delfines grises. Desde el sur de la isla, en Mirissa, se organizan excursiones para avistamiento de cetáceos con un prácticamente 100% de posibilidades de éxito de noviembre a abril.  Cada mañana durante este período se pueden observar ballenas azules lanzando agua por su espiráculo, así que si quieres un viaje redondo aprovecha estos meses para garantizar su avistamiento.

Mirissa, en la bahía de Dondra, se considera una de las mejores localidades del mundo para contemplar ballenas azules. Este enorme mamífero emite en las costas de Sri Lanka un sonido diferente al que utiliza el resto de ballenas del mundo, por lo que podría considerarse una subespecie adaptada a la singularidad de estos parajes.