¿Cuál es la mejor época para viajar a la Polinesia Francesa?

La Polinesia Francesa, con sus inigualables playas y paisajes vírgenes, es un destino que ha ocupado tus sueños de viajar por todo el mundo. ¿Quién no ha imaginado alguna vez pasear por las paradisíacas costas polinesias bajo un atardecer de película?

Pero este destino va más allá de sus espectaculares atolones, playas de arena blanca y la majestuosidad de su entorno natural. Sumérgete en un viaje fascinante a través de culturas y tradiciones ancestrales que han perdurado a lo largo de los siglos.

Desde los días en que los primeros exploradores quedaron asombrados por la perfección de esta tierra, con sus paisajes volcánicos, lagunas de coral y exuberante vegetación, hasta los rituales y festivales que aún hoy llenan de alegría a la población local, la Polinesia Francesa te espera con los brazos abiertos.

Y para que tu experiencia sea aún más placentera, es esencial tener en cuenta cuál es la mejor época para visitar la Polinesia Francesa. Por eso, te invitamos a descubrir los destinos que no puedes dejar de visitar en tus próximas vacaciones y cuál es la temporada ideal para hacerlo.

¿Te preguntas cuáles son las islas más deslumbrantes de este paraíso en la Tierra? Únete a nosotros en este viaje y descubre los destinos que no puedes dejar de visitar en tus próximas vacaciones.

La Polinesia Francesa es un conjunto de islas ubicadas en el Océano Pacífico, en una ubicación geográfica alejada de los continentes. Se encuentra al sureste de Hawái y aproximadamente a mitad de camino entre California y Australia.

Está compuesta por cinco archipiélagos principales: las Islas de la Sociedad, las Islas Tuamotu, las Islas Marquesas, las Islas Gambier y las Islas Australes. Cada archipiélago tiene características únicas y ofrece una experiencia diferente para los visitantes.

Las Islas de la Sociedad forman un archipiélago destacado en la Polinesia Francesa, compuesto por islas notables como Tahití y Bora Bora. Este grupo de islas es apreciado por su excepcional belleza natural y sus numerosos atractivos para los viajeros.

El interior montañoso alberga valles sagrados, arroyos de aguas puras e imponentes cataratas. La mayor parte de la población de la isla vive cerca de la costa, por lo que el interior prácticamente no ha cambiado desde hace siglos, pese a la proximidad con Papeete, la bulliciosa capital. Papeete, que significa “cesta de agua”, era antaño un lugar de reunión donde los tahitianos venían a llenar sus calabazas con agua fresca. En la actualidad, Papeete, el centro neurálgico del territorio, alberga hoteles de categoría mundial, spas, restaurantes refinados, clubes nocturnos, bulliciosos mercados, museos, tiendas de perlas y comercios.

Bora Bora, conocida como la «Perla del Pacífico», es uno de los destinos más icónicos. Su laguna, bordeando el interior de la isla, presidido por el monte Otemanu, crea un paisaje de ensueño. Los lujosos balnearios y complejos turísticos en Bora Bora son famosos por ofrecer escapadas románticas y experiencias de buceo y snorkel inolvidables en arrecifes de coral llenos de vida marina.

El grupo se compone de 78 islas y atolones, que incluyen Rangiroa, el segundo atolón más grande del mundo, Las Islas Tuamotu se distinguen por sus aguas transparentes y azules que albergan una asombrosa diversidad de vida marina. Para los entusiastas del buceo y el snorkel, este paraíso submarino es verdaderamente incomparable. Meterse en estas aguas es como ingresar a un mundo acuático lleno de maravillas. Los coloridos peces tropicales, las majestuosas tortugas marinas y los corales exquisitamente formados son solo algunas de las maravillas que habitan allí.

Las Islas Marquesas son un grupo de islas volcánicas en la Polinesia Francesa conocidas por sus impresionantes costas recortadas por abruptos acantilados, bosques frondosos donde encontraremos caballos salvajes y jabalíes, naturaleza en estado puro y las mayores cataratas de todo el Pacífico, las Vaio, Son ideales para el senderismo y la exploración en 4×4 o a caballo. Merece también la pena visitar los diferentes yacimientos arqueológicos, como Puama’u o Taaoa.

Este pequeño archipiélago es en realidad una prolongación de las Tuamotu, pero está considerado un archipiélago separado por su origen, ya que las islas Gambier son de origen volcánico y las Tuamotu no. Las montañas de Mangareva se elevan sobre las islas vecinas y su luminosa laguna como una gran catedral. Aunque una vez fue el centro del catolicismo en la Polinesia, la gente de Mangareva ha vuelto a un estilo de vida polinesio más tradicional y la isla se ha convertido en una productora importante para la industria de perlas cultivadas en Tahití. Es ideal para aquellos que buscan tranquilidad y la experiencia de estar en un entorno natural auténtico. Sus bajas temperaturas hacen que sea perfecto para actividades marítimas como la pesca y el buceo.

Estas islas ofrecen una experiencia de viaje auténtica y poco explorada. Aquí se pueden encontrar actividades como senderismo, avistamiento de ballenas y exploración de cuevas. Los paisajes son espectaculares, con montañas abruptas, valles y mesetas. Estas islas son conocidas por su actividad agrícola. Numerosos vestigios arqueológicos están presentes en cada isla, prueba de una comunidad preeuropea muy organizada con unas prácticas culturales y religiosas de gran riqueza. Los acantilados y las cuevas de las Islas Australes son lugares legendarios. Antaño servían de tumbas naturales para los ancianos y en la actualidad desde allí se pueden contemplar los movimientos de las ballenas jorobadas. Presentes parte del año en las aguas frescas de las Australes, las ballenas acuden a dar a luz a estos lugares hospitalarios de agosto a octubre de cada año.

La Polinesia Francesa es un destino paradisíaco que combina paisajes impresionantes, aguas turquesas y una cultura rica y diversa. Cada archipiélago tiene su propia personalidad en el que se ofrecen diferentes experiencias a los visitantes.

Sin lugar a dudas, la mejor época para viajar a la Polinesia Francesa es durante la estación seca, que abarca desde mayo hasta octubre. Durante este período, el clima es más fresco y soleado, lo que genera las condiciones ideales para disfrutar plenamente de todas las maravillas que este destino tiene para ofrecer. Este conjunto de Islas es uno de nuestros elegidos entre los mejores destinos para viajar en julio.

Durante la estación seca, las temperaturas oscilan entre los 24°C y los 28°C, lo cual resulta muy agradable para realizar actividades al aire libre, como snorkel en sus magníficos arrecifes de coral, paseos en barco o en catamarán, e incluso explorar las diferentes islas que conforman la Polinesia Francesa. 

Otra ventaja de viajar durante la estación seca es que las precipitaciones son menos frecuentes, lo cual permite disfrutar de días soleados y cielos despejados. Esto resulta especialmente favorable para aquellos que desean aprovechar al máximo los paisajes impresionantes y las vistas panorámicas que ofrece la Polinesia Francesa.

Es importante mencionar que ,durante esta época, aunque el clima es más favorable, también hay una mayor afluencia de turistas. Sin embargo, esto no debería impedir disfrutar de una experiencia inolvidable en este destino, especialmente si se planifica con anticipación y se reservan los alojamientos y actividades con suficiente antelación.

La Polinesia Francesa cuenta con una gran variedad de actividades que te permitirán disfrutar al máximo de este paraíso. Desde snorkel y buceo en arrecifes de coral, hasta paseos en barco y catamarán, así como tours por las diferentes islas.

Las aguas de Polinesia albergan más de 1.000 especies de peces, cuya diversidad de colores sólo es comparable a la variedad de tamaños y formas. Los más pequeños suelen ser a menudo los más coloridos y les gustan los jardines de coral y las aguas poco profundas de las lagunas, mientras que las especies de mayor tamaño prefieren la agitación de los canales, de las simas de los arrecifes y del mar abierto.

Como telón de fondo, cañones, cuevas y corales se entremezclan para formar un universo con múltiples rincones para la vida marina. En las lagunas de los archipiélagos de las Tuamotu y de la Sociedad encontramos bancos de damiselas, salmonetes y peces soldado, peces cirujano con su manto rayado y peces Picasso. En los fondos se deslizan mantas raya y tortugas marinas entierran sus huevos en la arena caliente de las playas desiertas, mientras que las ballenas acuden a aparearse en las bahías salvajes de los diferentes archipiélagos: Australes, Gambier, Tuamotu y las Islas de la Sociedad.

Nos parece una experiencia totalmente única conocer Polinesia desde un barco, desde un catamarán o crucero. Ya sean salidas al atardecer, recorridos de día completo o bien estancias de más de 4 días a bordo de lujosos catamaranes con tripulación. Navegar las aguas de Polinesia se hace casi una obligación.

Actividades terrestres, a pie, a caballo, en bicicleta, en 4×4… La manera ideal de conocer el interior de las islas que nos ofrecen valles, acantilados, volcanes y cataratas. Y de fondo la inmensidad del Pacífico.  

Para disfrutar al máximo de la Polinesia Francesa, se recomienda un viaje de al menos dos semanas. Tahití o Moorea serían paradas obligatorias, antes de saltar a Bora Bora. Así vivimos dos experiencias muy diferentes: isla volcánica y laguna inigualable. Pero si queremos salir del circuito clásico, algo que a nosotros nos motiva mucho, no dejaríamos de experimentar alguna isla de las Tuamotu, por ejemplo, Rangiroa, o bien Fakarava si queremos algo diferente. No dejaríamos nunca de incluir una inmersión en la cultura polinesia en las Marquesas. Y si tenemos algo más de tiempo, volar a Rurutu, en las Australes, para avistar ballenas.   

La Polinesia Francesa también es el escenario perfecto para crear recuerdos inolvidables y una luna de miel perfecta. Nuestros clientes han elegido una y otra vez este destino exclusivo para celebrar su amor. Con un viaje de 13 días que incluye un recorrido por algunas de las islas más impresionantes de la Polinesia Francesa, vuelos internos y un emocionante crucero en embarcación privada, se vive una experiencia de lujo inigualable.

En este viaje, es posible encontrar un refugio de tranquilidad y romanticismo perfecto. Se puede explorar la laguna interior de Bora-Bora, protegida por una barrera natural de coral. Aquí, se puede disfrutar de las múltiples actividades acuáticas, desde buceo con snorkel hasta paseos en kayak, creando recuerdos inolvidables en la luna de miel.

Para aquellos que buscan una experiencia única y exclusiva en la Polinesia Francesa para su luna de miel, este viaje de lujo ofrece un itinerario cuidadosamente diseñado que combina comodidad, belleza natural y aventuras inolvidables.

Así que, ¿estás listo para sumergirte en la belleza y el encanto de la Polinesia Francesa? Solicita más información y prepárate para vivir una experiencia inolvidable en el paraíso.